Adolescentes

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martes, 27 de abril de 2010

Libertad y adolescencia por Rebeca Reynaud


Libertad no es “hacer lo que quiero”, ya que es imposible para el ser humano hacer siempre lo que quiere. Hay muchas cosas que el hombre querría hacer pero no puede porque su poder es limitado. Le gustaría vivir siempre, ser completamente feliz, no tener enfermedades, conocer todo... Y la persona humana no se engaña al desear esto, pero lo alcanzará en la otra vida, en la vida eterna, si se comporta bien.

El ser humano debe saber que el acto de la voluntad puede fácilmente equivocarse, y esta es una de las limitaciones de la libertad. Así, los que promueven la anticoncepción pueden tener razones pero no tiene razón.

Proponen el placer como fin de la vida, cuando el fin es la felicidad, que no es lo mismo.
Un adolescente de una preparatoria del Tecnológico tuvo un diálogo con los del grupo CORA, grupo que fue al plantel a promocionar el condón.

–Yo conozco un método más eficaz para evitar el embarazo en los solteros- dijo el adolescente.

–¿Cuál?-, le preguntaron

–La abstinencia.

–Hay que ser realistas: eso no se puede.

–Ustedes no podrán, ¡muchos sí podemos!

—¿Nos estás desacreditando?

–No. Ustedes se desacreditan solos.

El hombre es un cuerpo inteligente y una inteligencia corporeizada, es una unidad, una unidad substancial.
Los jóvenes han de saber que la calidad de los sentimientos se mide por la conducta, no por la pasión. Hay que actuar “con” pasión, pero no “por” pasión.
El psiquiatra Aquilino Polaino decía en una conferencia: “Casarse quiere decir que uno se compromete del todo. Y dado que la vida es breve y la muerte segura, ¿cómo es que no aprovecho cada segundo? Si amas, aprenderás a conocerte a ti misma. Cuanto más te conozcas, más puedes seguir dando. Cuanto más desgraciado hagas al otro, más desgraciado te haces a ti misma. El fin del matrimonio es la perfección de ambos cónyuges. Hablar implica escuchar. No se habla si no estoy dialogando al menos con los gestos de las personas. Hablar exige escuchar. ¿Qué es escuchar? Acoger la palabra del otro. Es una partecita del ser del otro que se nos da, que se nos regala. Si yo acepto la donación del otro ¿el otro, puede dar? No. Comunicarse es acoger la palabra del otro, ¿cómo? Mediante la escucha, como un don precioso. Si no escucho, hago un daño irreversible, se está destruyendo esa relación”.
No hay que aplazar la felicidad para nunca, hay que comunicarse, hablar del yo. El primer problema que el doctor Aquilino encuentra como terapeuta es la falta de comunicación: No se habla de tú y yo, y, si no se habla de tú y yo no se habla de “nosotros”.
La mujer necesita que el hombre sea tierno. Tierna es la persona que sabe acoger y que no se enfada ante los defectos del otro. Eso hace que la comunicación funcione. Si los esposos no son capaces de hablar largo al menos una vez al mes de las cosas buenas, a solas, de ellos mismos, de su yo profundo, se están perdiendo lo mejor. Su comunicación no mejorará. Es necesario respetar el ámbito de libertad de la otra persona. Estar casado no quiere decir que todo es en común. Además, no hay que calificar NUNCA nada del cuerpo del otro dentro del matrimonio, porque eso genera infelicidad. ¿Qué te parece? Todo excelente, debe ser la respuesta. No se les ocurra decir algo negativo porque eso enrarece la relación.
Los adolescentes a veces se desaniman ante las caídas o los errores personales. Todo tiene remedio. El Dr. Aquilino Polaino-Lorente dice: Tenemos que ser señores de nuestra propia biografía. No ser rehenes de lo que ya pasó. No podemos torturarnos con lo que ya pasó. Con el perdón está la limpieza. Hay que olvidar el recuerdo pero aprender de él. ¿Dispondríamos de toda la aportación de San Agustín de Hipona si él se hubiese torturado? No. Lo que le pasó fue bueno. La trayectoria de San Pablo ¿es grande o pequeña? Ha servido a millones de personas. Lo negativo se puede constituir en positivo. La podredumbre sirve como abono fecundo donde podemos hacernos unos gigantes. Nada está perdido. Todo está por hacer. Nadie se debe desanimar, mientras haya futuro hay esperanza. Hay esperanza de encarnar los valores que como personas nos hacen valiosos a los ojos de Dios.
Por otro lado hay que tomar en cuenta lo que dice Aristóteles: “No hay nada que nos sea siempre agradable, porque nuestra naturaleza no es simple” (Etica a Nicómaco).

1 comentario:

  1. Son muy interesantes sus artículos. Ayudan mucho. Si acaso quieren tener más escritos, gratuitos, pueden entrar a mi blog:
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